Almas gemelas

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Dentro de la trampa tendida por el pensamiento de separación/ego –que tal es esta ficción de división y dualidad con visos de realidad en la que nos pensamos, y cuyo único propósito es el de demostrarnos a nosotros mismos una idea errónea–, la Divinidad queda oculta, negada y enmarañada en un entramado que incrementa su complejidad tras cada división aparente. Lo que ello provoca, es que la vida se vuelva vacía cuando se la experimenta desde el interior de la trampa, habida cuenta que se hace sentir como separación de la Fuente Primigenia.

Mas, ¿qué propósito tendría el que las almas desearan experimentar la separación aparente de la Fuente Primigenia?

Según se ha revelado, las almas que hicieron suya tal iniciativa lo hicieron para no desarrollar el verdadero potencial espiritual que les es inherente. En consecuencia, procedieron a la división aparente de sí mismas. Otras almas, en cambio, quienes vieron en esa iniciativa una locura, lo hicieron para prestarles a sus hermanas en equívoco un gran servicio.

En este contexto, hablar de «alma gemela» implica referir esa parte de nosotros que nos impulsa hacia la ruptura de todo tipo de esquemas de separación y dualidad, y que surge como consecuencia del cansancio de jugar el juego de la separación aparente, amén de no verle más propósito válido. Ambos reconocimientos son valiosísimos, pues posibilitan el avanzar verdaderamente en el camino hacia el despertar y la reunificación que a cada alma permite desarrollar en plenitud su verdadero potencial espiritual.

Una de las maneras en la que funciona la utilidad de la llamada “alma gemela”, ocurre cuando el alma opta por encarnar, en cuyo caso, una parte de sí misma se mantiene en algún otro nivel dimensional o en la unificación, para que desde ellos se la pueda ayudar a recordarse a sí misma en su plenitud y/o para ser apoyada en la misión que asume durante cada vida en la materialidad aparente.

Es así que cuando dices estar en busca de tu verdadera «alma gemela», lo que en realidad estás buscando es a ti mismo, a sabiendas de que tu despertar es del todo imposible cuando albergas el mínimo pensamiento de separación, pero sobre todo cuando tu necesidad por despertar a la realidad de la unificación y plenitud espiritual de tu ser –que ocurre cuando estás inmerso en la realidad única del Amor (así, con mayúscula)– es ya imperiosa.

Procede aclarar que muchos han malinterpretado el concepto de “alma gemela” cuando lo proyectan hacia la pareja encarnada como el complemento perfecto que nos reunifica y plenifica. Lo primero que se debe tomar en cuenta para corregir ese tipo de error es que todos hemos sido siempre, y seguimos siendo, uno con la Divinidad. Por tanto, ya estamos completos, aunque pueda no parecerlo así.

La separación aparente no es Real ni podría serlo, dado que sólo el Amor es Real. De hecho, la separación aparente no es más que mero resultado de nuestra decisión por pensarnos como separados de la Fuente Primigenia, error que da origen a infinidad de ilusiones con visos de realidad… pero nada más.

Cuando ya sabes todo esto, y cuando lo que buscas es vivir en plenitud tu verdadero potencial espiritual, la pregunta pertinente es: ¿Para qué entregarle el poder a algún elemento aparentemente externo o a persona/alma alguna aparentemente separada, cuando todo es y siempre ha sido Uno?

Recuerda esto: Cada quien tiene desde siempre todo lo que requiere para despertar a la Realidad Única del Amor. Dicho con otras palabras: cada quien tiene su solución en las manos.

Piensa muy bien en todo lo aquí expresado; date tiempo para ello y pregúntate al respecto de ¿qué es lo que ya estás listo para hacer y para dar en el camino hacia tu solución definitiva?

Genrimain.